Ya estamos en casa, así que voy a ponerme las pilas con el montón de reseñas que tengo pendientes.
Como ya sabéis si me seguís en Instagram, últimamente leo mucha novela juvenil. Los dos que vienen detrás mío lo hacen empujando fuerte y les encanta que les recomiende lecturas, por lo que trato de leer libros adecuados a su nivel madurativo y que tengan un buen mensaje, como "Eleonor and Park", "Yo, Simón", "El recodo de las Hadas" (aún así escogen lecturas que les apetecen a ellos, Erin ha descubierto a Blue Jeans). Así que cuando leí la sinopsis de "Bajo el Agua" no me lo pensé dos veces, tenía muy buena pinta y tengo que reconocer que no decepciona.
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| IG: @leemosencasa |
Título original: Under Water
Autora: Marisa Reichardt
Páginas: 272
Editorial: Del Nuevo Extremo
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Morgan no quiso hacer nada malo ese día. En realidad, ella quería hacer algo bueno. Pero su acto bondadoso jugó su papel en una tragedia mortal. Para seguir adelante, Morgan debe aprender a perdonar, primero a alguien que hizo algo que podría ser imperdonable y también a ella misma.
Pero ella no consigue hacerlo. Ni siquiera puede ir más allá de la puerta del apartamento que comparte con su madre y su hermanito. Morgan se siente como si estuviera bajo el agua, incapaz de salir a la superficie. Incapaz de ver a sus amigos. Incapaz de ir a la escuela…
Cuando parece que ya no puede contener la respiración por más tiempo, un adolescente aparece en el apartamento de al lado. Evan le recuerdo el aire salado del océano y las sensaciones que solía tener cuando nadaba. Él podría ser lo que ella necesita para reconectarse con el mundo exterior.
Al empezar el libro, conocemos a Morgan, una adolescente que lleva meses encerrada en su apartamento. Era una chica guapa, deportista, formaba parte del equipo de natación del instituto y muy popular, hasta que un suceso cambia su vida.
Ahora nos encontramos con una Morgan muy cambiada, asustadiza, miedosa, solitaria,con ataques de ansiedad y un gran sentimiento de culpa.
La vida de Morgan ha quedado en pausa, ya no va al instituto, ha cortado todos los lazos de amistad que la unían a su grupo de amigas y no se relaciona con nadie, a parte de su madre, su hermano y su psicóloga. . Sus días transcurren entre las clases online, las sesiones de terapia y comiendo sopa de tomate y sandwiches de queso "fundido" (en España el queso se funde, no se grilla)
"Ir a mi colegio se volvió demasiado difícil. No puedo controlar nada en el mundo real. Los coches doblan las esquinas demasiado rápido. Las puertas se cierran con ruido. La gente aparece de la nada. Es impredecible.
No me gusta lo imprecedecible."
Así van pasando los días, todos iguales, hasta que aparece Evan, su nuevo vecino, un guapísimo adolescente Hawaiano
"Evan está en el apartamento de al lado. Huele como el océano..."
Poco a poco, a medida que la amistad entre Morgan y Evan va evolucionando, vamos descubriendo los sucesos que desencadenaron la agorafobia de Morgan.
Una de las cosas que más me han gustado de esta novela, además de su ritmo, es que vas descubriendo las cosas poco a poco y ves cómo evoluciona el personaje principal. Morgan es una adolescente normal, con sus altibajos, sus días buenos y días malos, pero sobretodo, es una luchadora y aprovecha la ayuda que le dan para enfrentarse a sus miedos y, sobretodo, dejar atrás el sentimiento de culpa que la está matando.
También me ha gustado la relación que tiene con su madre y con su hermano pequeño (que es adorable) y cómo empieza a madurar y ver las cosas desde otro punto de vista .
Tal vez falta un poco de profundidad en algunos personajes, me habría gustado conocer un poco más a Evan, que parece un chico encantador con un drama familiar detrás, y a Brenda, la psicóloga de Morgan y me sobran otras cosas que parece que sólo están de relleno, pero ha sido una gran lectura.
