Me tropecé con la portada de “Cosas
que escribí mientras se me enfriaba el café” en uno de los blogs
que sigo. Tenía un banner con la portada, anunciando el BBT y, por
algún motivo, me llamó la atención. Bueno, por algún motivo no,
si preguntáis a alguien que realmente me conozca, os dirá que tomo
el café con leche, muy cortito, con 3 azucarillos y muy caliente. Os
contarán también que tengo la manía de dejar que se enfríe en el
vaso. No, no me sirve un café con la leche fría o templada, no, lo que
me gusta es que el azúcar se vaya deshaciendo y que la leche repose,
que se enfríe el café. Seguramente por eso el título de esta obra
de Issac Pachón me llamó la atención, porque a mi también me
pasan mil ideas mientras se me enfría el café.
Así que le mandé un mensajito al
autor, preguntándole si podía apuntarme al BBT (Blog Book Tour). Me
contestó enseguida, de forma muy agradable, dejándome escoger fecha para
publicar mi reseña en el blog y pidiéndome el mail para mandarme
copia de su libro. Pocos días después me llegaba a casa una preciosa postal con la portada del libro y una preciosa dedicatoria.
Título: Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café
Autor: Isaac Pachón
Editorial: Gráficas Rey
Saga: No
Saga: No
ISBN: 978-84-606-6184-9
Nº Páginas: 195
Año de publicación: 2015
Cuando busco la inspiración, pido o me preparo un café (siempre con leche), cojo mi bolígrafo de tinta azul o coloco mis manos sobre el teclado, según esté en alguna cafetería agradable o en el silencioso despacho de mi casa, y empiezo a escribir. Y escribo cosas, cosas que pasan, que son verdad, cosas que imagino, que ni suceden ni sucederán, cosas que te harán sonreír o llorar, cosas en las que seguirás pensando durante un tiempo o cosas que olvidarás justo al pasar de página. Y doy un pequeño sorbo a mi taza de café, todavía caliente. Historias en las que la vida, con todos sus aspectos, buenos o malos, es la gran protagonista. Relatos de amores no confesados, de zapatos mágicos, de ancianos entrañables, de ilusionistas desilusionados, de sorprendentes infidelidades, de contagios cotidianos, de idas y venidas entre el cielo y el infierno, de locuras en pijama, de inquietantes herbolarios… y degusto de nuevo el café, ya más templado. Me pierdo entre sus escenarios; los concurridos mercados de Marrakech, las estrechas y húmedas calles venecianas, un auténtico café de Nueva York, un hospital parisino, y cómo no, algún que otro rincón de mi querida Barcelona. Y cuando termino de pasear, de husmear, de soñar por sus callejuelas, encontrando el fin a estas historias, siempre sucede lo mismo y, la verdad, es un fastidio porque cuando echo mano a la taza, sin haber sido consciente, se me ha enfriado el café.
Cuando empecé a leerlo supe que
no iba a ser un libro para devorar en un par de horas, sólo leyendo
la dedicatoria, Issac consiguió derretir un poquito este corazón de
hielo que tengo, “El principito”es uno de los libros que más
quiero, un punto positivo para Isaac. Así que decidi que me lo iba a tomar con calma, que iba a
disfrutarlo sin prisas, relajadamente, un relato cada día, para
tener tiempo a degustarlo y digerirlo.
Cada uno de sus relatos me ha tocado,
de una u otra manera, me ha hecho reflexionar, pensar y, sobretodo,
sentir. ¿no es acaso eso lo que espera un autor? Tocarnos un poquito
el alma con sus palabras.
“El amante” me sorprendió, pocas
veces nos ponemos en ese otro lado ¿no es cierto? Pero esperad a
leer “El niño imaginario”, pasead de la mano del tiempo en “El
tipo del traje gris”, visitad el sotano de “Los libros que nadie
quiere”, tomad un gin tonic, con un chorrito de limón exprimido,
en compañía de “Julia y Marta”
“Cosas que escribí mientas se me
enfriaba el café” ha sido como tomarme uno de esos cafés que me
gustan, dejándolo reposar y saboreando cada trago.
Gracias Isaac, por dejarme formar parte de este BBT y que sepa que te presto mi corazón, aunque te lo quedes y me enamore :)