Hoy me atrevo con la primera reseña desde la última operación, por eso no he estado por aquí, aunque no he dejado de leer (tengo millones de reseñas pendientes) y esta vez es una Lectura Conjunta con Oasis Literario: Warcross de Marie Lu (perdonad si hay alguna falta o no me extiendo como suelo hacerlo, escribo sólo con la izquierda)

Autora: Marie Lu
Editorial: Nocturna Ediciones
Año de edición: 2018
Número de páginas: 431
Para los millones de usuarios que se conectan en busca de adrenalina o por la euforia de experimentar un nuevo estilo de vida, Warcross es más que un juego; es una revolución. Emika Chen trabaja como cazarrecompensas rastreando a los jugadores que vulneran la ley. Y se trata de un mundo competitivo, por lo que un día asume un desafío muy arriesgado: hackear la partida inaugural de los campeonatos mundiales.
Convencida de que van a detenerla, Emika se sorprende cuando en su lugar recibe una llamada del hermético creador de Warcross con una oferta irresistible: introducirla en la próxima edición del torneo para investigar un fallo de seguridad.
En Tokio le esperan la fama y la fortuna.
Y el juego le ofrece una partida sin consecuencias...
¿Verdad?

Lo primero que tengo que decir es que la portada de la edición española es PRECIOSA, gracias a la editorial por cambiarla y no conservar la original que es FEA como ella sola.
Los protas. Pfffffffffff....


El pequeño Tanaka ha encontrado un fallo en su juego y contrata a Emi para descubrirlo. Obviamente el instalove vuela por el libro. Odio cuando pasa eso y lo sabéis.
Ah! Se me olvidaba, el señor Tanaka guarda un secreto que sólo se lo contará a Emi, obviamente. Un secreto que te hace resolver el fallo del juego al momento. Te dan ganas de ir y taparle la boca al muchacho, por muy genio que sea.

Sobre el juego, Warcross, en sí..pues si no fuera por los efectos digitales y toda la parafernalia, y si fueran subidos a escobas, podrían estar jugando a Quiddich perfectamente. No le he visto nada original o fantástico.
Eso sí, el tema de las gafas con las que ves Tokyo lleno de hologramas o las lentillas nuevas que el Tanaka regala como si fueran caramelos, son la leche.
En resumen, el libro no es un alucine, los personajes no son la bomba, el final es más que predecible, pero tendré que leer la segunda parte para saber las razones de Cero, que casi sin aparecer es mi personaje preferido, jajajaja.
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